sábado, 6 de marzo de 2010

RESPUESTAS





Sí, a veces los poemas salen de un tirón,
como si ya estuvieran escritos en nuestra sangre
y no hiciera falta pensarlos.
Desde antes de nacer me parece demasiado.
Sin retoque alguno también.

Sí, los árboles son seres vivos.
Yo los he visto sonreír.

Sí, hay árboles que dan un fruto distinto al que debieran.
Yo he contemplado algunos
repartiendo alegrías en pequeños paquetitos de dos o tres sonrisas.

Sí, tengo fotografías de esos árboles.
Algunos llevan gafas, otros barbas.
Algunos, cuando el viento les besa las ramas
y Aurora todavía duerme,
cantan canciones que te llevan lejos,
al otro lado de la frontera cerrada:
a la infancia, por ejemplo.





7 comentarios:

  1. Santiago, en euskera existen dos palabras distintas para denominar a un árbol. Se hace distinción entre los que dan frutos y los que no.
    En tu caso está claro que sólo te hace falta una, porque tus árboles dan frutos y de los mejores.
    Son bellos, frondosos y me cantan al oído dulces canciones de amistad...¿hay algún fruto mejor que estos?

    Un beso y gracias por acogerme bajo tus ramas.

    ResponderEliminar
  2. En este patio lleno de árboles Mari Carmen hay espacio para todo el que quiera acompañarnos, incluso para el anónimo de un poco más abajo al que contesto como se merece.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  3. Estimado Anónimo.

    ¿Me perdonarás que utilice el idioma español?
    No tengo nada contra tu idioma, que chapurreo como todos los españoles; pero, compréndelo, esta bitácora, de tema literario, no de medicina, ni de tratamiento sanitario ni deportivo alguno, está toda ella en mi idioma natal. Así que, si te parece, de aquí en adelante vamos a utilizar este idioma y no aquel. Sólo por aquello de que se entere todo el mundo del círculo que frecuento de qué estamos hablando.

    De verdad, a excepción de ti, no tengo amigos que hablen tu idioma.

    La verdad es que me extraña tu segunda aparición en mi bitácora - en la primera me proponías ejercicio, una buena dieta, y que adelgazara unos quilitos -. Y eso sólo lo haces en mi bitácora, del espacio Blogsfera: en la de los otros amigos no. Ni en el blog de Manuel, ni en el de Rosa, ni en el Mari Carmen, ni en el de Javier, ni en el de Emilio, ni en el de Nelken, por citar algunos... sólo en el mío.

    Mira, yo te agradezco tu interés por mi salud física y mental. Me asombra que sin conocerme de nada -¿o no es así?- llegues a la conclusión que has llegado: vamos que me ofreces valium, o sea diazepam, o sea un medicamento que toca la conducción nerviosa en las neuronas del sistema nervioso central, medicación, por cierto, que he dejado de tomar ya, precisamente por prescripción médica.

    Mira, quiero que sepas que no me auto medico nunca, que para esto de la salud me pongo siempre en manos de mi médico de cabecera, y que la compra de medicinas por internet, sin unas garantía mínimas de control de lo que tomas, me parece un suicidio. Y por ahí no van, precisamente, mis, ¡ejem!, mi vida.

    Estos pequeños espacios que te concedo y que tú, como anónimo, vas llenando con esa pequeña mierdecita seguirán siendo sólo eso: el espacio para tu mierda.

    ¡Ah! y como a todos mis amigos, el Anónimo me parece exactamente lo que es, un disfraz tras el que se esconde alguien sucio, alguien con intenciones oscuras, alguien en definitiva sin crédito alguno.

    Y puesto que es eso, justamente eso lo que te mereces, no te voy a dar crédito.

    Un saludo cordial.

    ResponderEliminar
  4. Por cierto, yo, de vez en cuando me tomo medio diazepan porque, una vez al año, no hace daño, y, en otras épocas, algún que otro derivado....pero vamos, poco tiempo. Es evidente que no soy un drogadicto ( este tipo de derivados sólo se venden con receta en una sociedad normal)... No cabe duda que, alguna vez, la vida te lleva a necesitar una ayuda, incluso para relajarte y dormir. Lo cambié por la valeriana...pero no me vendían la valeriana por "maletas" , je, je...Ahora aprovecho el insomnio para escribir...y me sale más a cuenta. Luego un iboprufeno y un zumo de naranja (o un poco de ginsdeng natural) te permiten ponerte en marcha, aún cuando hayas dormido tres o cuatro horas...En fin, todavía no he llegado a los niveles de Edgar Allan Poe (jamás he tomado la más mínimoa sustancia) ni de otros compañeros de profesión...porque ¿de que sirve intentar "salvar" el alma con la creación si te dejas su casa, el cuerpo, en el camino?
    Un abrazo solidario y amigo.

    Port

    (De todas formas ahora tengo al doctor Martinez Carrasco, Don Manuel, para cualquier consulta coyuntural, je, je)

    ResponderEliminar
  5. Gracias Emilio, Mari Carmen, Manuel por vuestro cariño, por vuestra amistad.

    Es verdad que la piratería, la publicidad encubierta, va enmierdando todo aquello que uno levanta con cariño, paso a paso, con manos de artesano, con la esperanza de que alguien como vosotros pueda sentarse un rato, tranquilo, y alcanzar la esencia del ser humano que late en los otros.

    De verdad, esta publicidad de cualquier tipo en estos espacios personales, me parece un ataque directo a la intimidad de las personas, lo es, y nos obliga a defendernos, Manuel, a levantar barreras, a darnos cuenta, a reparar en la maldad que nos rodea.

    En la medida de lo posible yo si les voy a plantar cara. Le pondré a este espacio de libertad una barrera contra la indignidad. Ya se sabe que estas dos cosas son incompatibles.

    Sí, de aquí en adelante, pondré filtro a los comentarios. Tendremos una libertad enclaustrada, pero, espero que así sea, no tengamos esta basura entre nosotros.

    ResponderEliminar
  6. Para mí, cada árbol es distinto. A todos les encuentro un punto de misterio. Sin embargo, absolutamente todos me trasladan al mundo de mi infancia, ya sea bajo su sombra en un día caluroso de verano o contemplando su tronco quemado cuando arrecia el frío invernal.
    Psicológicamente, es posible que mi forma de mirar estas plantas tenga algo que ver con esa niña que sigue habítando en mí... No sé, digo yo.

    Un abrazo.

    Mila

    ResponderEliminar
  7. Santiago, retomo tu poesía puenteando lo que considero que se publicita aún más por el simple hecho de tenerlo en cuenta.

    Tras la lectura del poema, al llegar a por “Algunos, cuando al aire les besa las ramas…cantan canciones que te llevan lejos, al otro lado de la frontera cerrada” me he sentido en un momento concreto del otoño. Estaba haciendo senderismo por un bosque. En ese periodo multicolor en el qué las hojas de los arboles caducifolios están secas y a punto de ser libres. Se levanta una suave brisa y las hojas, unas al caer y otras, con la tintineante vibración, al resistirse a ello, comienzan un concierto melódico. Parecieran ser notas musicales extraídas del más sinfónico y afinado de los instrumentos. Una vez atrapada por la magia del momento, efectivamente que se es capaz de cruzar la frontera cerrada. Esa franja que majestuosamente se abre, dando paso a una explosión de imaginación y sensaciones.

    Si, esta vez me ha salido de un tirón, como si estuviera escrito en la sangre.

    Un abrazo

    ResponderEliminar