No me llames poeta. Yo sólo sé que la palabra es el presente eterno. Esto de vivir en la tierra del futuro tiene estas cosas. Uno se hace como invisible, casi nada, casi como la arena bajo el mar. Sólo grano enterrado, sólo fermento. No me llames poeta. Yo sólo sé que ya no crezco; que ya no puedo crecer, quiero decir. Largas son las correas de la cárcel, fuerte su abrazo. Liviana tela es el ahora para la eternidad de la que vengo. Casi nada, casi la luz en el baño sin luz de tu conciencia. No me llames poeta. No hasta que el atardecer llegue. Deja que la vida se pierda, que corra y se canse, que busque. Esto de vivir fuera de lugar tiene estas cosas. Uno es de ninguna parte. Casi mito, casi leyenda, algo informe que sin embargo está. No me llames poeta, que sólo soy fermento, sólo baño sin luz, sólo algo informe. Por ser… ni soy siquiera. Y sin embargo estoy, aquí, más allá de la gloria de este verso; más allá del punto y final, en tu palabra. |
martes, 27 de julio de 2010
AYER ESCRIBÍ UN POEMA
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“Yo sólo sé que la palabra
ResponderEliminares el presente eterno”
Quién sabe qué sorpresa hallaremos tras este poema. Porque la palabra es el presente eterno...quizás se dibuje un sueño futuro o quizás se acerque un eco del pasado.
Lo que está claro es que como dijo Averroes, en la naturaleza nada es superfluo ni siquiera la arena bajo el mar. Puede que sólo sea grano, pero también es fermento. Y no olvidemos que el fermento es causa de agitación o alteración de los ánimos... por eso la encima que se ha enredado entre estos versos me obliga a decirte: Me alegro de que hayas dejado de viajar por el mundo para caminar, de nuevo, junto a nosotros.
Besos y abrazos.
PD.
Preciosas vacaciones hemos pasado gracias a tus fotografías. Bienvenido.
Sí, Mari Carmen, vuelvo de ese mundo de aire, sol, mar, gente que va y que viene.
ResponderEliminarVuelvo a este otro mundo de ventanas a ninguna parte y a todas... y de nuevo te encuentro.
Es un deleite contar siempre contigo.
Nos vemos pronto, aquí en la noche estrellada de Toledo.
"Esto de vivir en la tierra del futuro tiene sus cosas. Uno se hace como invisible, casi nada..."
ResponderEliminarNo te llamaré poeta, pero prométeme que seguirás dejando aquí, de vez en cuando, tus versos; haciéndote casi invisible, casi nada, casi tanto...
Gracias por esta sorpresa.
Un abrazo querido amigo
Si Rosa, te prometo que seguiré dejando aquí o en cualquier otro lado, en mi web personal, en La Nieve, en tu bitácora, cuando menos te lo esperes - eso sí va a ser una sorpresa -, "los versos/ la prosa" que escriba.
ResponderEliminarAndo últimamente con ganas de imitarte, que me han dicho las malas lenguas que tus versos andan ya en boca de los juglares, por lo que te felicito...
Un beso.
"Uno se hace como invisible,
ResponderEliminarcasi nada..."
Comprenderás que, en verano, la invisibilidad parece un buen lugar de encuentro. Tanto más para mí, que me he empeñado en no salir de mi celda del Monasterio de Orzeán.
Bienvenido a casa, Santiago. A veces tiene cuatro paredes, a veces una, a veces muchas...pero las paredes de la creación son infinitas o inexistentes, mejor dicho, porque el interior es insondable, como bien sabes.
Colocamos la Poesía en la eternidad de la palabra...pero la eternidad del hombre es limitada. El otro día me convencí escuchando en el programa de Punset a un astrónomo mexicano, la máxima autoridad en la materia, hoy en día.
Qué poco somos, Santiago...por eso es bueno que nos agarremos al aire, aunque el aire circule. Así, en vez de quedarnos quietos, viajamos con él.
Un abrazo.