martes, 17 de febrero de 2009

RELATOS SOLIDARIOS, AMÉN

Documento sin título

       Javier Ribas es un ser humano bueno; uno de esos amigos que están con uno incluso en los momentos difíciles. A “Escritores en Red. Asociación Marqués de Bradomín” le viene que ni pintado una persona así: tolerante hasta más allá de los límites, dicharachero, simpático, irónico, trabajador. Y además escribe. Digo escribe porque de vez en cuando, menos de lo que algunos quisiéramos, nos cuenta historias. Lo que los teóricos llaman relato, que antes se llamaba cuento, no le es ajeno. Y en lo que llaman novela - ¡qué les voy a decir! -; no es ningún “Aprendiz”. Y, para colmo, lo hace bien. ¿Se nota que le tengo un poco de envidia, no? Lo siento. Me confieso así: envidioso empedernido. Aunque tengo que añadir que limito mis envidias sólo a las cualidades positivas; que de las otras ya tengo yo bastante para ir desterrando de los adentros.
       A Javier me lo traje al huerto, al huerto de la palabra internaútica en la que trabajamos todos los que escribimos para La Red, hace ya algunos años, cuando nadie, o muy pocos, imaginaban la explosión que iba a suponer le interactividad de usuario y servidor así, sin conocimiento alguno de lenguaje de programación por parte del usuario: me refiero a las bitácoras, lo que en inglés se llama “blog”. Crecimos juntos, compartimos muchas cosas: paseos por el campo, conferencias a dúo, presentaciones de libros. También nos quemamos juntos. Cuando aquello de La Literonáutica tocó fondo, todas las ilusiones y todo el velamen por los suelos, él, como yo, se hizo simiente enterrada, pequeña raíz de silencio. Hablamos de ello una tarde, en una terraza, en Madrid, cerca de Príncipe Pío. Hablamos de los éxitos, del peso del éxito, de los malos modos, de los errores, sobre todo del fracaso, del gran fracaso que supuso todo aquel naufragio.
       Yo le conté entonces que no estaba muerto, que seguía nadando, que todavía flotaba, que no me quería morir así, con tanta negrura dentro. Él dijo que era pronto, que la sal del agua de la mar le seguía secando la garganta, que estaba en eso que los escritores llaman el bloqueo, el gran bloqueo. Pero luego, cuando pudo ser, volvió. Él también, como yo, se negaba a desaparecer.
       Y aquí está ahora, más activo que nunca, más carismático que nunca, más mejor que mejor. No me extraña nada que el registro de entradas en su bitácora vaya como va, de prisa, de prisa. Y que el número de votaciones sea tan elevado. Y que por ello me traiga por la calle del mucho, mucho, pero que mucho curro. Y que todos cuantos saben de él, de su proyecto solidario, estén con él, y sientan como suyo todo cuanto hace. Y, diría incluso, desde la cercanía del amigo, que todo este espacio de “ESCRITORES EN RED. ASOCIACIÓN MARQUÉS DE BRADOMÍN” gira hoy en torno a él y a su proyecto; que a poco que se le apoye dará mucho, pero mucho que hablar.
       Desde este espacio personal en la asociación, a todos cuantos estáis con Javier, que sé que sois muchos, os pido que, todos a una, y hasta el próximo día 1 de marzo, empecéis a mandar correos electrónicos a los medios de comunicación: prensa escrita, radio, televisión, etc., insistiendo en que todo esto es ya posible (LOS RELATOS SOLIDARIOS PARA CON LA FUNDACIÓN VICENTE FERRER DESDE ESCRITORES EN RED), y que podría ser más posible si todos arrimaran el hombro, un poco: sólo un poquito de buena voluntad. Que corra la voz. Que corra la voz de todos nosotros por una buena causa, por toda La Red, por todos los países de este planeta.
       Un saludo a todos.


2 comentarios:

  1. Me ha gustado, Santiago; claro que me ha gustado, y mucho. También en mí se está despertandoun sentimiento de envidia hacia Javier, por muchas cosas. Entre otras, porque desde que dejé de ser novio, no me han dicho cosas tan bonitas.

    Alex

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  2. 1.- Gracias por tu comentario, Alex.
    2.- Regálale un libro de poemas a tu mujer y pídele que te lea todos los días uno.
    3.- Y, hala, a trabajar, a mandar muchos, muchos correos pidiendo ayuda a todo el mundo.

    Santiago Solano

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