miércoles, 24 de junio de 2009

LIBROS 3D




     Antes de abrir el libro despliego el área del menú. Esta vez no quiero sorpresas desagradables. Elijo el modo Dios, por si acaso. No me gusta el dolor, no me gusta nada, ni en simulación siquiera. Selecciono, como siempre, la interacción en la historia. Quiero sentir las emociones del personaje elegido como si fueran propias, el peso de las circunstancias en mi mente, las razones que fuerzan las situaciones palpitando en lo más hondo de mi corazón. Ahora, antes de empezar la lectura de este libro, sé que las decisiones están tomadas de antemano, que la historia es inamovible, pero una vez dentro la percepción cambia. Todos lo sabemos. Una vez abierto el libro todo se desvanece, lo real sigue estando ahí afuera, pero como un eco lejano. Sólo el contenido del libro es verdad, la única verdad, la realidad última de tu vida. Así que, por si acaso, selecciono “parar en caso de problemas físicos graves del lector”. Luego miro por la ventana y veo al viento levantar la arena roja de Marte hacia este cielo oscuro, y el sol allá lejos, desvaído. Cierro los ojos y vuelvo a la infancia, no sé por qué, a ese momento primero de consciencia. Veo a mi padre de pie, a mi lado, con su mano derecha acariciándome el rostro; y a mi madre tumbada en una cama, muy blanca, con ojeras, pelo cano, mirada perdida en la locura. Suspiro. Estoy de nuevo triste, con la nostalgia de la Tierra haciendo de las suyas sobre mi alma. Vuelvo al menú del libro. Todo está bien. Me gusta el título de este libro. El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, de un tal Miguel de Cervantes. He elegido vivir la vida del protagonista. Vuelvo a mirar por la ventana y siento las lágrimas subirme hasta los ojos. Entonces pulso abrir libro. Y todo se desvanece. De repente me encuentro en un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme.

5 comentarios:

  1. Hola Santiago: Me he emocinado al leer tu relato. He percibido en él nostalgía y tristeza: dos sentimientos que, vividos intensamente, pueden llevar a cualquier ser humano a recrearse en la apatía y el desánimo. No permitas que eso te suceda a tí.La vida está llena de colores, aunque, a veces, nos cueste verlos.
    Un abrazo.
    Mila Aumente

    ResponderEliminar
  2. Te lo he dicho en privado, pero me ha apetecido, repetirlo en público, así que así va el comentario que te escribí al correo:
    ¡¡¡Que bueno!!!. Cómo me ha gustado Santiago. Me lleva hasta el final con un ritmo que me envuelve y al llegar, me produce esa sensación suave de haber alcanzado el oasis, cuando mas lo necesitaba. Seguiré atenta a este "libro... de cuyo nombre acabo de acordarme"

    ResponderEliminar
  3. Cambio el amargo contenido de un libro por la copa más dulce de un beso.

    Cambio el beso por el coscorrón de una historia bien contada, sea o no confinal feliz.

    Cambio, a veces, las voces por el silencio más profundo. Que es en el silencio donde me encuentro a mi mismo como el ser real que siento bajo la piel.

    Pero la mitología del padre sigue viva en nuestras historias. Como la infancia y el futuro son reales a la sombra de nuestras decepciones.

    Espero la siguiente entrega. Un abrazo, Santiago.

    ResponderEliminar
  4. ¿Ves lo que has conseguido? !Cambiarnos el sueño, convertir la noche en día...y ahora trastocar el tiempo, hacernos viajar dentro de los libros...tu estás loco, Santiago, como Don Quijote...y nos has metido a todos en una aventura de la que ya no sabemos salir. Bendita idea y bendita blogsfera, Marqués de Bradomin, Asociación, escritos variados...¿Y lo que estamos aprendiendo todos? Esto si que es un taller...intercambio de letras e ilusiones...y afecto a raudales...Yo creo que el grupo cada vez tiene más entidad...y calidad. De aquí está saliendo un libro por etapas...bueno, ya lo estás haciendo en Tirano Banderas...pero los escritos van sumando y sumando...Y, claro, dado que tu no paras los demás no paramos...o paramos poco. Eso sí, las caras que debemos tener al día siguiente seguro que son una epopeya...Tu,con la barba, disimulas más...estoy por dejármela de nuevo...aunque no tape las ojeras...
    Enhorabuena. A veces compensa el esfuerzo, ¿verdad?.

    ResponderEliminar
  5. Gracias Mila, gracias Rosa, gracias Manuel, gracias Emilio.
    Ya lo dije en una ocasión, en público, contestando a una pregunta muy clásica. Soy un niño que quiere estar jugando siempre, y ese juego se llama escribir. De alguna manera tendremos que romper esta no realidad llamada vida que nos ata. Ésta puede ser una de ellas. Todos juntos, unidos en la palabra, con Ramón María del Valle Inclán de fondo.
    Un abrazo a todos.
    Santiago

    ResponderEliminar