domingo, 1 de noviembre de 2009

DOCTOR NO




     Estoy leyendo, corrigiendo, reescribiendo por cuarta vez la novela “El autobús 538”. Un texto de casi trescientas páginas para el que mi esforzado amigo Emilio Porta me ha escrito un prólogo de lujo que espero podáis leer muy pronto. El prólogo, claro, que con eso, para hacer el resumen para el colegio, vale; para otras cosas, desde luego, no.
     Tras la primera escritura, cuando se unificaron un poco todos los comentarios, apuntes, notas, etc., decidí titularla “Cuero Negro”; y así apareció, en borrador, en la revista Tirano Banderas Digital, creo que en el número cinco, en formato PDF protegido con clave de lectura. Os confieso que sólo dos personas me han pedido la clave para leerla:¡qué desilusión!
     Tras la segunda reescritura, por cuestiones de guión, la titulé “Made in Burujón, el autobús 5038”… y de esa versión sólo tiene una copia Emilio Porta, que se la envié para lo del prólogo.
     Con la tercera reescritura, el título, espero que definitivo, quedó en lo que ya he dicho “El autobús 538”, con un subtítulo, más pequeño:”Made in Burujón”. Y aquí, amigos, el corpus textual sufrió una poda inhumana, una simplificación que hace frontera, algunas veces, con el absurdo. Se trata de decir No al inconsciente, No a contar las cosas tal cual nos salen, No a lo fácil, No al todo vale. Se trata de dejar que el Doctor No se apodere de nuestro texto, de dejar que ese personaje instruido en las artes de contar que todo escritor debe llevar dentro, lo mangonee todo.
     Os cuento esto para que os deis cuenta que nada tiene que ver el punto y final de una novela, con el punto de inicio de su gestación. Hay entre un extremo y otro, en principio, mucho tiempo. Hay un tiempo de ejecución de la misma superponiéndose a los tiempos de la novela, y aún más, a los tiempos del autor mismo, que no todos los días uno está igual de receptivo. Como todo en la vida, hay días buenos y días malos
     Digo todo esto para que os quede claro que el intento de hacer literatura, de hacer las cosas bien, no es una tarea fácil. Es más, a veces, si estás sujeto a presión del tiempo de entrega, como me pasa a mí ahora, la tarea es ingrata, cansada, agotadora. No es fácil ver en el texto propio los errores que vemos, con tanta desenvoltura, en los de los demás. Para verlo, para tomar distancia, yo acudo a ciertos trucos. Os voy a confesar alguno, para que cuando mi novela llegue a vuestras manos me tratéis con indulgencia; para que cuando os sentéis a leer un libro tengáis muy presente todo el esfuerzo que hay detrás de eso que tanto os gusta o tanto os disgusta. Y en definitiva para que os forméis como lectores, que también es necesario.
     Para unificar la voz narradora, o sea la voz del que cuenta la historia, he empleado el método de eliminación del 80 ó 90 por cien, si no más, de los “que” que aparecen en el texto. Éste esfuerzo, escribir casi trescientas páginas con no más de treinta o cuarenta “que”, que tampoco ha de ser todo tan rígido, te exige un acercamiento a tus palabras como reto, no como placer, que es como se suele escribir la mayoría de las veces, y, a la vez, una distancia de lo escrito desde el punto de vista filológico. Estamos trabajando el estilo de la voz narradora. Unificando el de qué manera contamos las cosas. Porque esta eliminación consciente, lleva a la utilización de otros elementos, sobre todo el gerundio; y de ahí que logremos la deseada unidad en la voz narradora. O sea, que sea siempre el mismo, quien cuente lo que se cuenta.
     En este proceso, te percatas también que cuando los personajes hablan, dejan de ser personajes. Nadie habla así, sin los “que”. De ahí se pasa a la caracterización del modo de hablar de los personajes. No olvidemos que los personajes, cuando hablan, hablan por sí mismos, que no es la voz narradora, si no ellos mismos quienes lo hacen. Y todos hablamos de forma muy especial. Cada cual tiene su tonillo, sus dejes, sus exclamaciones. Estas dos cosas por sí solas van a marcar una diferencia textual importante, una diferenta que ayuda a la lectura, a diferenciar, de forma inconsciente cuando oímos en nuestro interior las distintas voces de la novela.
     ¿Qué lío, no? Bueno, pues, nada más. Si os gusta este texto, seguiremos. Que ya estoy yo también un poco cansado de él. Por esto, claro, ya he llegado a folio, que es mi límite, más allá todo es oscuridad.



20 comentarios:

  1. Santiagoo!!
    Estoy deseando leer esa novela. Confieso que no me había enterado hasta que el otro día Emilio me dijo que estaba escribiendo el prólogo.
    ¡Es que me distraigo mucho! jajaj.
    Muchos besos!!

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  2. La novela es absolutamente extraordinaria...el prólogo está hecho con cariño...y todavía le daremos un repasito conjunto antes de que el libro sea publicado. Cuando llegue a nuestras/vuestras manos os dareís cuenta del lujo que es tener a un escritor como Santiago en la nómina de nuestra Asociación.
    Y un punto. Me han gustado tanto algunas de las cosas que dices en tu entrada que, además del prólogo (aunque ya es larguito) yo pondría una nota de autor, con veinte o treinta líneas en una o dos páginas, incluyendo elementos de ella. Este recurso se emplea a veces: Dos escalones (visión de otro y visión propia, que, además, se complementan) para dar paso después de la obertura a la obra principal, en este caso una opera que os va a alucinar por su interés, estilo, trama, desarrollo, reflexiones...Eso lo veremos juntos, supongo, ya que me has hecho el honor de pedirme el prólogo, antes de la edición, ¿no?. Un fuerte abrazo.

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  3. ...Y Santiago...ten cuidado no pongas mucho más de lo que cortes, aunque, si es como lo que hemos comentado, benditas 300 páginas...

    Port

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  4. ¡Santiago, qué sorpresón!
    Estoy deseando leer tu novela, ¡guau, es toda una empresa!
    Cuando entré en tu blog, esperaba encontrarme con alguna de tus ideas en cadena, esas que nos mueven a todos a participar. Francamente, no me esperaba esto y me has dejado boquiabierta, sin palabras, ¿te las llevaste todas a tu novela? Déjame alguna para felicitarte y darte mi enhorabuena.
    ¡Que ganas tengo de verteeeee, y que me cuentes!
    Un beso, de mujer entusiasmada.
    P.D.:Igual te animas a presentarla en el Arroyo...jajaja

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  5. ¡Hombre! ¡Si hasta yo que apenas me intereso por leer novela, estoy deseando leer esa tuya!
    Ya me dirás dónde y como.

    Si te digo una cosa no te la vas a creer. Cuando yo escribo poesía, someto mis textos a un proceso depurativo similar. ¡Y eso que son cortos! No durará tanto pero castiga un montón, lectura tras lectura, depuración tras depuración, ajuste tras ajuste.
    No se puede escribir nada, ni corto ni largo, fiándose de lo primero que se nos ocurre. Ese es un error pretencioso que cometen muchos "nuevos" de la escritura y así nos va.
    Mi enhorabuena y mi abrazo
    Espero noticias, claves o lo que sea para pillar ese autobús y viajar contigo.
    Enrique

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  6. Santiago, me vuelves loca.
    En el último comentario que dejé en tu otoño, señalé que estabais consiguiendo que mudara la piel de lectora, ¿y ahora dices que tengo que formarme como tal? Bueno...por ser tú acepto Ja, ja, ja.

    Interesante texto que me permite seguir las pautas que me diste: leer, aprender y escribir.
    Leeré gustosa la novela ¡Escrita por ti y con prólogo de Emilio!...no me la perdería por nada del mundo.

    Un beso.

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  7. Santiago, gracias por informarnos de la fase en la que te encuentras con respecto a tú próximo libro. Cómo ya has elegido al autor del prólogo-no eres listo ni nada-si te hacen falta avales, yo puedo decir que cada vez me gustan más tus textos.

    Intentaré seguir tus consejos y los de Enrique al hacer el siguiente micro. Sobre todo lo de dejarlo reposar y volverlo a revisar.

    No dudes que colaboraré en convertirlo en número uno de ventas.

    Besarkadatxu bat

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  8. Ese "Autobús 538" no debería hacer mas paradas ya, para que llegue pronto a su destino y así a las manos de los que disfrutamos leyéndote.
    Tanto esfuerzo merece el reconocimiento de tu saber literario Santiago. ¡Ojala! se haga justicia a tantas horas de trabajo y tanto amor a la escritura.

    Un beso

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  9. Querido Santiago: Me encatará leer el libro porque tú sabes que me gusta mucho cómo escribes. Lo que sí quiero decirte es que me parece algo muy útil que se forme como un curso de formas de escribir. Los trucos, consejos, cosas que hacemos o que hemos leído que deben o no hacerse. Creo que cursitos de cómo escribir novela, teatro, cuento, etc. serían estupendos ¿qué os parece? Te quiere, Sol

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  10. Estimada Pilar.
    Gracias por bajar de tus distracciones, llenas de versos, que yo también leo en tu trinchera, y enrolarte en este grupo de amigos que me leen, y que desean ya adentrarse en un texto que todavía está en la máquina de triturar. Eso me halaga mucho, y me confunde, y me pone sobre los hombros una responsabilidad que pesa cada día más.
    A veces pienso que no sé si os merezco. Lo que sí sé es que os necesito. Sin vosotros nada de esto tendría sentido.

    Un beso.

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  11. Estimado Emilio.

    Hay que ser discreto, comedido; pensar mucho lo que se dice, lo que se escribe. Porque el prestigio de uno va siempre arrimado a nuestras palabras.

    Imaginemos por un momento que mi novela, en realidad, no fuera tan extraordinaria, ni tan con tanto interés, ni tan con tanto estilo, ni que la trama fuera, eso, lo que tú dices. ¿Qué pasaría cuando nuestros amigos se pusieran a leerla? Pues que se llevarían una decepción, que me arrinconarían para siempre en una esquina: cadena perpetua. Y a ti. A ti te pondrían de embaucador para arriba... y luego, se reirían por lo bajini, y dirían, menudo crítico literario, menudo prólogo, y menuda novela.

    ¡Hombre!, todo esto que tú haces con muy buenas intenciones, porque levantas unas expectativas de lectura, es bueno sólo para eso. Como publicidad está bien, incluso como texto previo al lanzamiento de una novela comercial. Pero nosotros dos sabemos, aquí, entre amigos, que nosotros jugamos en desventaja con respecto a la gran feria de la farsa y la mentira en la que vivimos.

    Sería mejor, a mi forma de ver, y puesto que estamos entre amigos y las luces y los destellos no son nuestro ámbito natural; decir, digo, que tras esta novela el autor ha puesto todo su saber, todo su esfuerzo, todo lo que es ahora como escritor, después de toda una vida intentando ser lo que no pudo ser.

    Creo que con eso sería suficiente, y luego, quizás para esos otros lectores de otros ámbitos, sí, darles un toque de atención a lo que se intenta. Porque esta novela, tú lo sabes bien, es un intento. Sólo eso. Y que pocas o nulas posibilidades tiene de montar un estallido editorial, al estilo de, por ejemplo, Luis Landero con su Juegos de la edad tardía, que por cierto quien no la haya leído, ya puede irse cargando las pilas.

    Estimado amigo. Seamos sensatos... que luego "to" se sabe

    Un abrazo.

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  12. Estimada Cenicienta, estimada Mª Jesús.

    Tu alegría es mi alegría.
    Recojo tu felicitación y me la pongo en el ojal de la chaqueta a modo de flor.
    Nos veremos pronto y sí, te contaré, hablaremos durante horas, de tu mar, el de la tierra y el de Marte, y de tus dibujos para la portada de Blogsferatour.
    Y no, la novela está todavía en marcha, hasta el próximo 10 de noviembre, creo; está todo ya tan lejano. Los Apócrifos siguen abiertos, en las bitácoras del que quiera.

    Un besazo.

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  13. Estimado Enrique.

    Ya has caído en la trampa del mago Porta. Irás al texto esperando excelencia. Y eso va en mi contra. Porque en cuanto que leas la primera página te empezarás a hacer preguntas. Y es que ese esfuerzo del que hablas, al final, nos deja ciegos. Al menos a mí.

    Y más en mi caso que soy un poco al estilo de JRJ, que cuando envío a la imprenta es porque la desesperación de no ir a más ya me ha tumbado.

    Bueno, siempre le queda a uno el consuelo de refugiarse en las miserias, en el no doy más de mí.

    Es verdad que muchos escritores que empiezan caen en esa ínfula, no se dan cuenta que lo importante no es el libro en las librerías, que lo importante es el tiempo que uno quema de su vida en la obra bien hecha, en la obra de artesano.

    Y que para eso, para llegar al arte superior llamado literatura, todas, cada una de las palabras utilizadas tiene su valor, un único valor, dado por la posición exacta que ocupan en el decurso de la obra y no en otro.

    De ahí que todo esto sea así, tan complicado.

    Un abrazo.

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  14. "Lo que es bueno es bueno, y santas pascuas"
    Se lo que digo. Y por eso no voy a caer en ningún rídiculo. Ten cuidado eso sí, con la revisión, no vaya a ser que la empeores. Eso me dijo una vez una persona que conoce bien mi obra, buena lectora, cuando leyó mi primera novela "corregida"..."Si, muy bien escrita...pero te has "cargao" la frescura, la espontáneidad de la primera versión..." Y es que uno no sabe cómo acertar.
    Por lo demás ya tenemos otra coincidencia: A "La Conjura de los Necios" como obra maestra, unimos criterio en otra más: "Juegos de la Edad Tardía", de Luis Landero. Creo que eso ya la habíamos comentado, ¿no?. Interesante también, quizás la mejor, con enorme diferencia, de sus novelas, "La Escala de los Mapas", de Belén Gopegui.
    Ah..y "El autobús 538", gran novela, tenía, en mi opinión, algunas cositas revisables. Espero que tu revisión no me haga cambiar el prólogo, je, je...O si, pero para mejor.

    Port

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  15. Estimado Emilio.

    Ya veo que defiendes mi texto y tus opiniones contra viento y marea. Así me gusta, Emilio.

    Espero no cargarme nada esencial. Y no eliminar esa aparente frescura que sí destila la novela en aras no sé qué estilo. Aunque no creo, porque el estilo ya estaba pensado antes de esta cuarta lectura/reescritura, y en ésta nada de eso cambia.

    Por cierto todavía no he contado en qué consiste lo que estoy haciendo. Os lo diré en otra entrada.

    Un abrazo.

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  16. Querida Mari Carmen.

    Permíteme que te recuerde que para escribir medianamente bien, hay que leer mucho antes, y de todo. Hay que formarse un criterio de excelencia, un criterio de calidad que en ningún lado te enseñan.

    Y leer además como escritor, que no es lo mismo que leer como lector. Leer como escritor es ir desmenuzando en lo que lees el trabajo que hay detrás. Es ir viendo de qué manera avanza la intriga, de qué manera se desarrolla el tema, cual es la trama y si se adecúa a lo que se está contando o no. Qué verbos se utilizan, qué nivel cultural adopta el que cuenta, si alto o bajo... Vamos, leer como escritor es ir repasando toda la teoría de composición literaria en el texto e aprendiendo o no de lo que se lee: que tanto se aprende en lo positivo como en lo negativo.

    Y sí, amiga, esto sí que es una locura, cuando lees así... como aprendiz de este oficio. ¿Oficio?

    Un beso.

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  17. Estimada Alicia.

    En esto de los avales, todo lo que puedas aportar es poco. Decir que te gusta lo que escribo a los cuatro vientos es una ayuda inestimable. Ya sabes, en el colegio, en el autobús, en casa, en la radio, en la televisión, en la compra, al panadero...

    Lo de ventas, pues la verdad, me preocupa poco. Yo ya lo tengo vendido, en este caso al Ayuntamiento de Burujón. Pero, claro, me gustaría que se rompieran todos los moldes con esta novela, como ya he dicho en otro comentario.

    Un beso.

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  18. Queridísima Rosa.

    La impaciencia no es buena para nada. Ya lo sabes. A la hora de escribir, y también a la hora de leer.

    No sé si te habrá pasado con algún libro largamente esperado que luego no es...

    Bueno, pues que no quiero que te pase eso con "El autobús 538", que no es más que un diario de los sueños.

    La justicia ya está hecha, ya os tengo a vosotros, mis amigos, mis lectores. Vosotros que me dais el título que nadie da. El título de escritor, claro.

    Un beso.

    ¡Ah, Rosa!, para tu comentario a mi texto del Otoño no tengo palabras, es todo puro placer.

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  19. Queridísima Sol.

    Sé que eres una extraordinaria lectora y sólo espero que esta novela no te defraude. Bueno, el tiempo dirá.

    En cuanto a lo que apuntas de trucos para escribir - qué sí, y qué no, teoría literaria... -, yo estoy de acuerdo contigo. Podríamos hacerlo. Aquí en La Red.

    Unos mini cursos. Pero eso requiere un esfuerzo extra a nuestro tiempo que ya de por sí está muy, pero que muy apretado. Y como ya he dicho en otras ocasiones, mi tiempo de escribir no se lo regalo a nadie.

    Sí a los mini cursos. Yo os monto la infraestructura internaútica y colaboro esporádicamente.

    Y habría que ir pensando en sacarle algún rendimiento económico, que nunca está de más, que La Asociación es pobre y los bolsillos, con este problemón económico, no anda muy allá.

    Llámame y lo hablamos. O lo vemos en la cena del 14.

    Un beso.

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  20. Querido Santiago
    Contigo siempre aprendiendo. Gracias.
    Un beso.

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