Él es un hombre mayor. Se tiñe el pelo y las cejas. Tiene en la manga poesías, versos que cuentan historias para reír y llorar: amores desesperados que se convierten en balas, frío metal, humo, sangre; unicornios y princesas de sexo acuoso y mirada caliente, santos de boj que curan la angustia y rompen las bombillas en la noche de carnaval.
Bajo el árbol de piedra que busca el cielo tiene el anciano su casa. De cristal son las paredes, para que el acantilado del valle del marinero no sea sólo un recuerdo. Le gusta dejar que el ojo camine por el vacío y llegue al otro lado, a la luz roja de la otra orilla. Hay en ello motas de nostalgia, y en la tarde una pizca edulcorada de tristeza.
Bajo el árbol, la vida se mueve envuelta en papeles de plata y oro, como si fuera un regalo. Pero el hombre, cada día, repite la misma escena: sale al exterior, enciende la barca, se adentra, lento, sobre el abismo - abajo kilómetros de montañas, afiladas rocas, hielo -. Mira arriba, y se deja caer. Percibe la zarpa de la gravedad tirando de él. Pero no es la muerte. La barca siempre desciende, siempre le rescata. Es su cometido, salvarle. |
jueves, 28 de mayo de 2009
JUEGOS EN LA EDAD TARDÍA
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Pero Santiago! Esto me ha gustado un montón eh? ultimamente parece que todos teneis una "sensibilidad" dintinta y que me encanta!!
ResponderEliminarMuchos besos
Gracias Pilar por leerme. Me alegra que te guste. Continuará. Esto es sólo el principio.
ResponderEliminarUn besazo.
Santiago
Ya te echaba de menos. Me ha tocado amigo... Una vez mas ¿poesía o prosa?.
ResponderEliminarUn beso por este regalo
Este texto lo debería haber escrito yo, por la edad, si fuese capaz de imaginar tan magníficas metáforas.
ResponderEliminarEn tu caso es un ejercicio de imaginación, en el mío hubiese sido una crónica de la realidad, cruda y despiadada, porque no existe la barca.
Miguel
El mismísimo antagonista de Caronte, Santiago... Cada día me salvo en la caída hacia el abismo. Ojalá nunca llegue el día en que no pueda sentir el vértigo.
ResponderEliminarEse día ya no estaré entre vosotros.
Ahi estamos todos, barca va, abismo viene, en este trabajo de la palabra.
Un abrazo.
Gracias, Pilar, Rosa,Miguel, Manuel. Muchas gracias por estar ahí.
ResponderEliminarUn abrazo emocionado a todos.
Santiago