lunes, 8 de junio de 2009

SOBRE ESCRITORES EN RED





     Hoy me ha llamado por teléfono Javier, Javier Ribas, el Super Javier, preocupado. Sólo para preguntar si estaba bien, si los ánimos iban mejor: ya sabéis, por la entrada anterior, por esa entrada en la que cuento que la semana pasada fue una de esas semanas que mejor no vivirlas. También me ha llamado Rosa, nuestra Rosa, la Rosa de Escritores en Red, un poco inquietada, para darme ánimos y mostrarme un cariño que a muchos llenaría de envidia, y más que nada para recordarme que nosotros, los que conocemos la ilusión por las personas y las letras, somos invencibles, que todo es sólo querer, y que queriendo, las escenas tristes de la vida son menos triste, se tiñen con una luminosidad que sobrecoge. Me ha escrito Miguel un correo muy cariñoso, lleno de esperanza, él que anda un poco falto de ella, y otro Emilio, que estaba un poco así, sin creerse del todo lo que cuento, porque él sabe que la literatura y la vida no se diferencian en nada, que, al menos para mí, son la misma cosa: escribe para decirme que me llamará por teléfono para que le separe la una de la otra. También ha escrito Manuel, una carta que no es una carta, que es como una especie de obrita de teatro, un diálogo entre un médico y un paciente en el que me da consejos como buen Super Médico que es. Manuel, aquí entre nosotros, no os vayáis a ir de la lengua, sabe también de la locura – él mismo lo cuenta en su bitácora -, y de la pasión, y de la literatura, y de la vida: es un sabio; pero no lo digáis por ahí, que quede entre nosotros. Esa carta me ha puesto a llorar como un niño, tal el contenido, la intensidad, la verdad que emanan esas palabras de verdadero amigo. En esta bitácora han escrito Alejandro, que se ha quedado con lo del piropo a mi barba, él sabe que lo demás es nada; y Antonio, que dice que me necesitáis detrás de toda esta historia de La Red para algo más de una eternidad: mucho me parece eso.
     Hoy es un buen día, aunque esté así, que parezca que vaya a llover y que no, y que se pongan las cabezas tontas. Sí, hoy es un buen día, hoy sé que tengo amigos, que ESCRITORES EN RED no es una página literaria más.
     Gracias a todos por compartir este sueño. Digo sueño, no, esta realidad.


3 comentarios:

  1. Los amigos siempre ayudan en estas situaciones eh? siempre animan, y yo también te mando mi beso eh? aunque no te escribiera en esa entrada!!
    Un besote

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  2. Querido Santiago: A los que ya tenemos una edad, nos ha sucedido casi de todo.Por eso sabemos que, tras la tristeza, suceden días alegres y llenos de esperanza.Llorar es bueno(lo sé por experiencia: soy muy llorona).Y si el llanto es motivado por las palabras alentadoras de un amigo, debes sentirte muy orgulloso de esas lágrimas.¡Anímate!
    Un fuerte abrazo.
    Mila Aumente

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  3. Santiago!! vaya cambio chulo de formato eh?? me gusta. Un besico

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